Para ella la comodidad es primero, siempre le gusta estar en su casa como si fuera su propio castillo, no es que quiera sirvientes o muchos lujos, es que ella siempre quiere estar con la ropa que le provoque. A menudo eso es desnuda y con las piernas abiertas. Y siempre que empieza a tener una charla termina con muchas ganas de follar. Esta vez no fue la excepción y también le dieron ganas de tener la polla de su macho hasta el fondo del coño. Pero no requiere que se vayan a la alcoba, ella se monta en la silla de la sala y ahí mismo deja que se la metan.