Su edad no tiene nada que ver con su personalidad, ella es una tetona negra que aunque ya pasa los cuarenta años, aún tiene peluches en su cuarto. Además tiene esa fascinación de las zorras jóvenes por grabar todo lo que hacen. Hasta cuando está montando a su marido tiene una cámara prendida frente a su cama para ver cómo se mete la polla de su macho dentro del coño. Obviamente no antes sin darle una buena mamada y ponérsela bien dura. Su marido no tiene problema porque ella siempre quiere follar y es lo que todo hombre sueña.