Empieza el día abriendo las ventanas de su habitación para mirar el sol, una ropa bien ajustada y una sobada a sus pechos. Son la gallina de los huevos de oro y sabe que nadie de descuidar a la baca gorda. Por eso luego de un poco de estiramiento, sale al gimnasio de su casa para hacer un poco de ejercicios. Obviamente después que haya quemado algunas calorías aparece su marido para reclamar el placer por el que invierte tanto dinero. Una follada para la asiática tetona es parte de su rutina diaria y ella adora tener la polla de su macho en el coño bien temprano.