La vida le dio un regalo que parece que se ha pasado de generación en generación y ella atesora muy bien. Puede que ya no haya forma de rastrear a la primer de su familia que tuvo el don, pero seguramente fue hace siglos y ahora la rubia natural, tan puta como todas las mujeres que llevan su sangre, disfruta mucho mientas es clavada hasta el fondo del culo. Ella disfruta mucho las folladas anales porque sabe que es una tradición familiar y le hace sentir orgullosa seguir con las buenas costumbres de su casa. También le gusta por el coño pero eso les gusta a todas las putas.