Sabe que su hermana suele masturbarse con su peluche favorito, un conejo. Muchas veces el olor a coño del muñeco la ha delatado. Así que se le ocurre disfrazarse de conejo con la idea de hacerla reir. Todos sabemos que si eres capaz de hacer reir a una chica ya tienes media polla dentro, así que este chico se aplica al cuento. Y la verdad es que le funciona, porque al poco se saca la polla para ver que pasa y la chica corre a cogerla con su mano.
Al poco ambos hermanos estaban follando juntos, le salió bien la jugada al cerdo.