Tomas tu dinero y sales directo al bar de la esquina, ahí, luego de unos tragos, sacas la cuenta ver para cual zorra te alcanza. Es la vida del hombre promedio, ese que tiene que esperar cada semana para ir a ver cómo consigue un pedacito de felicidad luego de trabajar tanto. Pero existen otros que saben manejar mejor los números, esos son los que están en su casa y ahí mismo llega una putita ardiente que quiere ganarse sus billetes. Luego este tío puede darse gusto mientras la clava como una perra por el culo y ella fingirá que lo está gozando solo para hacer que su polla se corra.