Mirarlo por la ventana siempre la hizo pensar cosas sobre él. Más que todo preguntas como: – ¿de qué tamaño? y ¿cómo hago para meterlo en mi habitación?– Pero una jovencita siempre consigue la forma de hacer que lo que sea que se atraviese frente a ella le obedezca. Por eso rápidamente la pequeñita pelirroja estaba montando el pollón del vecino que no tenía idea que ella quería se follara su coño, de lo contrario habría estado hace mucho dándole folladas a tan divina zorrita como cualquier mortal lo haría. Porque nadie puede negar lo caliente que es la putita.