Ella exigió una casa bien grande, además se atrevió a diseñar la cocina porque quería una bien grande. Todos pensaron que la pelirroja iba a ofrecer muchos banquetes ahí, pero la verdad es que es una jovencita caliente y lo único que quería era un lugar más donde poder follar con su novio. A menudo echa polvazos con su chico sobre el mármol, en las sillas y hasta el comedor sirve para eso. Pero el chaval no se queja porque la guarra hace buenas mamadas y siempre encuentra la forma de ponérsela dura, además tiene un coño muy caliente que da gusto follarse.