Paso el tiempo y ella nunca tuvo un oso de peluche y mucho menos la llevo al parque. Realmente no lo vio mucho mientras crecía porque el hombre que no quería hacerse cargo del embarazo de una puta callejera a quien se le vino dentro porque ella no le aviso. Pero ahora la jovencita quiere pasar más tiempo y para ella eso incluye follar con él. Ya está grande y ahora no quiere regalos, lo único que la hace feliz es una polla dentro del coño y si va a estar con papá, ya es hora que él empiece a ocuparse de su placer.