Papá quiere una mamada y ya ella sabe cómo hacerlo
Llega del trabajo cansado y no quiere saber nada del mundo ni de la vida. Las ganas las tiene por el piso y no quiere seguir luchando por algo que nunca va a conseguir. Es un sentimiento típico de quien ha visto cómo mientras más se esfuerza, necesita para poder llegar a fin de mes, entonces quiere renunciar porque no quiere seguir con la carrera detrás del viento. Pero su pequeña hija sabe que papá necesita una mamada y ella sabe cómo hacerlo. Ella depende de que él trabaje y por eso, a la hora de meterse su polla en la boca, no lo piensa dos veces.