El hombre decide que su vida ahora será mejor, se va a dedicar a hacer feliz a una sola y no le importan más cosas que no sea ella. Aceptar ser el esclavo de alguien que luego de un tiempo ya olvida darle placer al tío que le da su vida, es una decisión difícil. Mucho más si existen negritas como esta y además muy joven que le gusta estar cabalgando la polla del vecino casado. Un coño tan estrecho y caliente que no se puede rechazar y obviamente este tío es humano, tampoco la puede rechazar. Tiene que darle una follada y romper sus votos de matrimonio. Así de dura es la vida.