Un día te planteas cambiar tu vida, dedicarte a lo que puede ser una vida tranquila y de amor con los más necesitados, pero pasa que no siempre puedes hacer lo que quieres y tienes que seguir tu destino o dejar que te destruya. Ya que si tienes una casa con piscina, entonces siempre tendrás a una rubia jovencita con las piernas abiertas esperando que tú estés manoseando su coño y luego la estés follando. Puedes negarte si quieres, pero sabrás que no puedes oponerte a hacer lo que tienes que hacer y meter la polla en esa divina raja hasta dejarla bien satisfecha.