Los maridos dejaron de ser útiles cuando ellas entendieron que podían ganar dinero con el divorcio, además de una gran casa donde podían hacer lo que quisieran sin el miedo a ser juzgadas por ser putas. Entonces ahora viven las dos juntas, una rubia y la otra pelirroja; ambas maduras y con muchas ganas de follar siempre. Entonces lo que hacen para resolver ese otro problema es que llevan a un chaval con una polla grande y entre las dos, comparten un rato una follada. El tío debe tener resistencia para complacerlas a las dos, pero están tan buenas que no creo que sea problema.