Parece que luego de haber inventado el techo de la casa, los humanos hicieron una mesa con el fin de compartir los alimentos que tanto costaban conseguir. Se debía celebrar cuando la cacería era buena y la familia era la mejor opción en esos casos. Pero esta jovencita no tiene clara toda la historia y ella se sienta para que su novio le dé una lamida de coño. Lo único que le interesa es abrir las piernas para que le chupen la raja y luego le metan una polla en la boca. Lo demás es que le den una follada, porque como todas las chicas de su edad, lo único que quiere es que le follen el chocho.