Su cumpleaños llego y ya no quiere cafeteras ni licuadoras. Ella exige que le den un regalo que sea para su disfrute y todas sus hijas le han contratado a un chaval que da masajes relajantes para que la haga sentir bien. Pero la vieja gorda es un poco dominante y confundió un poco las cosas, así que luego que esta desnuda, exige que se incluya lamida de coño y no piensa pagar propina. El jovencito un poco asustado tuvo que comerse su chocho y luego sacar su polla para follarse a la madura antes que se pusiera violenta y terminara haciéndole daño.