Su marido es un hombre que realmente tiene suerte, no por tener la mujer que tiene si no por el simple hecho de tener una. Pero hay algunas zorras como esta madurita que tiene una especie de código que alguien debe descifrar, el que lo haga, terminara disfrutando de su cuerpo por el resto de la vida. Sucede que la gorda tiene un gusto especial por las corridas faciales y eso es exactamente lo que hace su esposo después de follarla. Todos los días hace que chupe su polla y luego de darle placer, deja caer todo su semen sobre su cara y su boca.