Con una cuñada así es complicado resistirse. Mientras su hermano no estaba en casa el hombre la invitó a cenar, supuestamente solo para hablar. Pero claro, quiso acompañar la charla con vino con la idea de emborracharla. Sin embargo es cierto que un poco ebria se desinhibió, pero ella también lo deseaba y no le habría hecho falta beber. Al desnudarse el hombre se quedó con la boca abierta ante esas dos enormes tetas que colgaban de su pecho. Estaba mucho más buena aun de lo que había imaginado. La zorra cabalgó sobre su polla hasta que el hombre acabó corriéndose en sus tetazas, todo un sueño hecho realidad.