Su mujer se queja hasta de lo mucho que ella misma se queja. Él se casó esperando tener una dama en su casa que lo atendiera con mucho amor y a quien poder dejarle el salario del mes para que ella lo gaste como quisiera. Pero no paso como él planeaba, ahora solo reza para que se busque un amante y lo deje en paz algunos minutos. Eso lo ha llevado a ser un feliz cornudo que descansa de la zorra cuando algún negro entra a su casa. A menudo ella intenta molestarlo y tiene que observar mientras su mujer se chupa la polla de otro hombre.