Ella es una universitaria pero sabe muy bien a quien acercarse. Lleva tiempo detrás del hijo rico de un conocido empresario. Cualquiera pensaría que le gusta, pero lo que realmente le atrae es su cartera repleta de billetes. La zorra lo deja claro, está dispuesta a todo, pero antes tiene que pagar. Se podría pensar que se trata de una puta, y tal vez lo sea, pero ella no se considera así. Solo piensa que es una chica a la que le hace falta el dinero que buenamente da lo que ella tiene: su cuerpo.