La vida paso tan rápido que de un día a otro ya tenía algo de carnitas y grasa en la cadera, no sabe cómo paso porque se preocupó de no salir preñada nunca para que su cuerpo no sufriera por esas cosas. Nada ni nadie merece que ella sacrifique su cuerpo, ya que este solo debe servir para su propio disfrute y placer. Pero eso no evita que ella contrate a un masajista joven y que este, luego de meterle la mano, tenga que aceptar que la ardiente madurita este sentada en su cara. Pero tampoco es malo porque le hace una mamada de polla y luego se puede follar su coño.