Tener el mismo nombre que otra persona en la misma ciudad no es muy extraño, de hecho es muy probable, porque aunque no nos parezca así, hay pocos nombres. Pero esta mujer se topó un día con un hombre desconocido en el aeropuerto que iba a recoger a alguien que se llamaba como ella. Aunque ella sabía del error, eso no evito que se fuera con él a probar su polla y pasar un rato follando. La madurita es una culona muy ardiente y su coño no puede despreciar sexo gratis. Hasta dejo que le metieran el dedo en el culo, igual no lo volvería a ver y nadie más lo iba a saber.